La superficie del planeta que se necesita para producir todos los alimentos que como seres humanos consumimos y las emisiones que se generan para producirla, es la huella ambiental o alimentaria.

Tomando en cuenta esto, debemos conocer el proceso que lleva hasta nuestros hogares los alimentos que adquirimos en el supermercado:

  • En este proceso interviene la producción. Aquí es donde los alimentos que se generan en la agricultura, la ganadería y la pesca tienen su origen.
  • La industrialización se presenta cuando los alimentos son procesados y empaquetados para su posterior comercialización.
  • Comercialización que también se relaciona directamente con el almacenamiento, la distribución, el transporte utilizado y la posterior venta.
  • El consumo de los usuarios que compran el producto y que llega hasta los hogares.
  • Destino final que no es otra cosa que el lugar final donde los alimentos terminan después de su utilización o lo que queda de ellos.


Anualmente, los alimentos que no consumimos consumen un volumen muy alto de agua y su equivalente podría sobre pasar el caudal de un rio con suficiente líquido. Al mismo tiempo, la producción de esos alimentos generan toneladas de gases que al llegar a la atmosfera producen el efecto invernadero.

Según los estudios ambientales que se han realizado, un tercio de los alimentos que producimos terminan en la basura, dañando de esta manera la ecología.

Lo que se sabe es que parte de esta basura termina en los ríos, lagos y vertederos que acumulan los desechos.  Si tomamos en cuenta lo que cuesta producir lo que consumimos se podría decir que la relación costo/ desperdicio pone en jaque la sustentabilidad.

Es importante tener en cuenta que una de cada nueve personas en el mundo no dispone de suficientes alimentos para lograr tener una vida más saludable.

 

Pasos a seguir para reducir la huella ambiental

Para disminuir la huella ambiental y dejar de causar a la ecología más daño, podemos seguir unos sencillos pasos:

  • Hacer una planificación si es posible semanalmente de las compras que realizaremos sin caer en el exceso para reducir al máximo el desperdicio.
  • Tomar en cuenta durante las compras el tipo de menú que consumiremos para no realizar compras innecesarias y reducir la factura del mercado.
  • Cuando sepas que es lo que vas a comprar, ten en cuenta la adquisición de alimentos sueltos que no contengan envases.
  • Es importante que dentro del menú, consideres el consumo de frutas y verduras que son más saludables. Es importante que esas frutas sean de temporada.
  • Evita la perdida de alimentos consumiendo aquellos que tengan fechas próximas a caducar.
  • Reutiliza los alimentos que te sobran o dona aquellos que no vas a consumir.
  • Evita lo más que puedas consumir alimentos de origen vacuno. Se requieren 16.000 litros de agua para producir un kilo de carne de res. Recuerda que entre menos carne consumas más ayudas a reducir la huella ambiental.

Conociendo estos datos tan aterradores, se hace necesario buscar alternativas más nutritivas, saludables y con menor incidencia ambiental.

En este sentido surge un producto nutritivo y ecológico que está tomando fuerza y que asegura la sustentabilidad para todos los usuarios y la naturaleza.


Una alternativa nutritiva y saludable

Según estudio realizado por la universidad de Oxford y rikkyo, consumir insectos aporta al organismo una cantidad tan alta de proteínas como las carnes.

Se confirma que algunas de las especies comestibles de insectos como los grillos poseen una concentración alta de proteína y otros nutrientes. Además son muy amigables con el planeta.

Los grillos contienen una mayor concentración de vitaminas y minerales que las carnes de pollo y de res. son un alimento que no contiene lactosa,  azúcar ni soya.

Se estima que para el 2050 la población mundial habría crecido hasta los 9,000 millones de personas. Esto obligaría a producir más alimentos y a ejercer mayor presión ambiental.

Los grillos requieren doce veces menos alimento que una vaca para producir la misma cantidad de proteínas. De igual forma ocupan 4 veces menos que las ovejas, y dos veces menos que los cerdos y los pollos.

Otra ventaja de consumir grillos es que emiten menos gases que potencian el efecto invernadero y el amoniaco que genera el ganado tradicional.
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